Neuschwanstein / Visita > Gruta e invernadero
Entre el Despacho y el Salón se encuentra un espacio insólito para unas estancias privadas: una pequeña gruta. El escenógrafo August Dirigl fue el creador de la gruta artificial, que podía ser iluminada en diferentes colores y originalmente poseía una cascada. Debía evocar el Monte de Venus de la saga de Tannhäuser.
Desde la gruta se accedía al invernadero a través de una puerta de cristal corrediza inserta en la "roca". Sus enormes ventanales ofrecen una amplia panorámica de la región prealpina. La fuente que presenta el invernadero estaba destinada realmente a la sala morisca del segundo piso del castillo, que no llegaría a realizarse.
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