Neuschwanstein / Decoración y técnica moderna

Contenido:

Castillo de Neuschwanstein

 

Bild: Parzivals Kampf mit dem Roten Ritter

La batalla de Parzival con el Caballero
Rojo, August Spiess, 1883/1884
Foto: Riek, Diderot-Verlag, Rottenburg

Decoración y técnica moderna

Ninguna otra construcción como Neuschwanstein muestra tan claramente los ideales y anhelos del rey Luis II. El castillo no era un escenario de representación real sino un lugar de retiro. Aquí se refugiaba Luis II en un mundo imaginario – en el mundo poético de la Edad Media.

Los ciclos de pinturas de Neuschwanstein se inspiraron en las óperas de Richard Wagner, a quien el rey dedicara el castillo. De modelo directo para la decoración sirvieron no las obras de Wagner, sino las mismas sagas medievales a las que había recurrido el compositor.

Las pinturas murales del castillo tienen como tema historias de amor, culpa, penitencia y salvación. Reyes y caballeros, poetas y parejas de amantes pueblan las habitaciones. Tres figuras son de central importancia: el poeta Tannhäuser, el caballero del cisne Lohengrin y su padre, el rey del Grial Parsifal. Estos fueron los modelos y los seres espiritualmente afines a Luis.

Otro tema principal en la decoración es el cisne. El cisne era a su vez el animal heráldico de los condes de Schwangau, de los que el rey se sentía sucesor, y el símbolo cristiano de la "pureza", a la que Luis aspiraba profundamente.

En la concepción del castillo también jugaron su papel ideas políticas y religiosas, algo que se reconoce especialmente en la Sala del Trono. Las representaciones muestran aquí cómo se imaginaba Luis II una monarquía "por la gracia de Dios": como mandato santo, dotado de un poder que nunca poseyó el rey bávaro.

 

Imagen: Ápside de la Sala del Trono

Ápside de la Sala del Trono
Foto: Bayerische Schlösserverwaltung / Rainer Herrmann

 

Técnica moderna en vestimenta medieval

En Neuschwanstein la Edad media sólo era una fantasía: detrás de una apariencia antigua se escondía la técnica más avanzada y el máximo confort.

Las habitaciones del palacio, el edificio de vivienda real, se calentaban mediante una calefacción central de aire caliente. En todas las plantas se disponía de agua corriente, en la cocina incluso de agua caliente y fría. Los inodoros contaban con desagüe automático.

 

Imagen: Instalación eléctrica de comunicación interna

Instalación eléctrica de comunicación interna
Foto: Bayerische Schlösserverwaltung / Rainer Herrmann

A través de una instalación eléctrica de comunicación interna, el rey podía llamar a sus sirvientes y ayudantes. En el tercer y cuarto piso había incluso conexión telefónica. Los alimentos no tenían que subirse trabajosamente por las escaleras, pues tenían su elevador.

Ya en la edificación del Castillo se había hecho uso de los medios más modernos. Por ejemplo, las grúas se accionaban mediante máquinas de vapor, y la Sala del Trono se erigió como una construcción de acero revestida. Una particularidad de Neuschwanstein son los grandes ventanales. La fabricación de estos tamaños tan grandes aún era rara en tiempos de Luis II.


 
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