Mirador del Dormitorio: vidriera de colores
con
los escudos de Wittelsbach, Baviera
y
Schwangau; tapizados de los asientos
bordados con los motivos de la corona,
el león, el cisne y el lirio
Foto: Bayerische Schlösserverwaltung
La idea de una reconstrucción, característica de fines del Romanticismo, que reaparecerá en 1883 con los planes de Luis II para el castillo de Falkenstein, se enlaza con la idea de un castillo nuevo del caballero del cisne Lohengrin; su animal heráldico, el cisne, retorna al castillo del padre, Hohenschwangau, que en muchos sentidos será preparatorio del arte de Luis. El cisne había sido también el animal heráldico de los señores de Schwangau. Maximiliano II, considerándose su sucesor, adoptó su blasón.
Su hijo continuó con ello; por eso el cisne también aparece de forma heráldica en Neuschwanstein, en parte en combinación con los escudos medievales del conde del Palatinado del Rin, lo que Luis II nominalmente aún era, y con el escudo real de rombos de Baviera.
Desde su infancia, Luis conocía muy bien la saga de Lohengrin a través de los murales del castillo paterno. El "Lohengrin" de Wagner lo conoció el 2 de febrero de 1861 en la Ópera de la corte de Múnich, quedando absolutamente entusiasmado. De este modo, con el tiempo, Luis II llevaría a cabo en sí mismo una típica fusión romántica: la de un señor de Schwangau real con el ficticio caballero del cisne Lohengrin, pero siempre con la consciencia de monarca gobernante de Baviera.
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