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Las sagas: Lohengrin

La pintura mural del Salón presenta escenas de la Saga de Lohengrin, que es la continuación de la Saga de Parsifal.

 

 

Imagen: Pintura mural "Llegada de Lohengrin"

Llegada de Lohengrin (a Brabante). Pintura mural del Salón,
August von Heckel, 1882/83
Foto: Bayerische Schlösserverwaltung

Siendo hijo de Parsifal, Lohengrin estaba predestinado a llevar la vida propia de un caballero del Grial. Con el "milagro del Grial" es elegido por éste para ser el protector de Elsa, hija de un rey que está en apuros. El padre de Elsa, el rey de Brabante, había muerto sin haber dejado un heredero masculino al trono. En su lecho de muerte todos habían jurado fidelidad a su hija; sin embargo, tras la muerte del rey, el conde Telramund no reconoce la soberanía de Elsa y afirma en su lugar, haber prometido al rey desposar a Elsa y convertirse él mismo en rey. De repente, aparece Lohengrin con brillante armadura de caballero en una barca tirada por un cisne plateado, y se bate en duelo con Telramund, defendiendo el derecho de Elsa, y venciendo a su oponente.

Después, el caballero del cisne del Santo Grial contrae matrimonio con Elsa, la hija del rey. Antes de conducir a su bella esposa al hogar, se acuerda del juramento al que está ligado por el precepto de su orden de caballería: "Nunca deberás preguntarme sobre mi procedencia, Elsa", le advierte. "Nunca. ¡Si rompes esta promesa, me habrás perdido para siempre!". Después de que los dos hijos ya han crecido, la curiosidad se vuelve tan grande, que Elsa no puede evitar hacer la pregunta maldita. El cisne en el que había venido Lohengrin vuelve a aparecer y se le lleva de vuelta al castillo del Grial, para poder así cumplir su juramento de socorrer a gentes nobles en apuros.


 
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